Nacido en una familia vinculada al baloncesto, Rudy estuvo unido a la disciplina del Joventut desde muy pequeño y debutó como jugador del primer equipo en la temporada 2003/04 de la mano de Aíto García Reneses. El mallorquín se convirtió en uno de los mejores jugadores de la ACB y del baloncesto europeo con el equipo verdinegro, a cuyo resurgimiento contribuyó de forma decisiva: ganó una Copa ULEB y una Copa del Rey y en ambas finales recibió el galardón de MVP.
Rudy fue elegido por Phoenix Suns en primera ronda del draft y fue traspasado inmediatamente a Portland Trail Blazers lo que le convirtió en el tercer jugador español en la historia de la franquicia de Oregon, tras Fernando Martín y Sergio Rodríguez.
En su primera temporada, Rudy firmó una notable actuación como rookie: más de 25 minutos y 10 puntos por partido con casi un 40% de acierto en triples. Participó en el concurso de mates -el primer europeo en hacerlo- y en el partido entre novatos y sophomores del All-Star. Jugó los playoffs y antes, en la Temporada Regular, se convirtió en el novato con más triple anotados: 159. Después fue campeón de Europa y formó parte del mejor quinteto del torneo antes de entrar en una decepcionante segunda temporada en la que jugó menos y aportó menos al equipo, cada más distanciado anímicamente de los sistemas de McMillan. Ni siquiera brilló cuando tuvo un rol más importante con la lesión de Roy en los playoffs.
Rudy sigue en Portland donde afronta una crucial tercera temporada después de un verano de sanciones y declaraciones polémicas. Aseguró que quería volver a Europa cuando no se concretó ningún traspaso, se habló de Real Madrid y sobre todo de Barcelona pero finalmente el mallorquín seguirá en Oregon a las órdenes de McMillan. Ya no tiene tanta competencia en la rotación exterior (han ido saliendo Outlaw, Webster o Bayless) pero tiene que demostrar que es un jugador tan válido para el sistema de su entrenador como Batum o el recién llegado Matthews. Su misión, recuperar confianza y demostrar que es mucho más que un tirador de tres. Calidad tiene y, si recupera la ilusión, quizá la temporada sea un punto de inflexión. De lo contrario su destino pasará seguramente por el regreso al baloncesto FIBA y a la liga ACB.
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